Desde lagos de origen glaciar hasta turismo astronómico, la región española de Aragón propone una escapada refrescante entre paisajes de montaña, pueblos encantadores e iglesias históricas. Una alternativa ideal para quienes buscan naturaleza, tranquilidad y nuevas experiencias durante el verano del hemisferio norte.
Aragón cuenta con una gama de colores verdes que sorprende a quien la visista, desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido con paisajes de leyenda, hasta el refrescante nacimiento del Río Pitarque, pasando por la meca del barranquismo en Guara. La comunidad tiene 18 espacios naturales únicos, con una diferencia de paisajes y biodiversidad muy grande. Para recorrerlos solo hay guiarse por la señalización de la red de senderos de Aragón. Son más de 4000 kilómetros señalizados que se pueden recorrer a pie, en 4x4 y además hay actividades guiadas y acompañadas.
Las perlas del Pirineo: Ibones
Ibón es la palabra utilizada en Aragón para referirse a los lagos pirenaicos de origen glaciar, absolutamente singulares y escasos en la en la península ibérica Ibones para familias, ibones helados, ibones con historias. A algunos de ellos se accede fácilmente en coche, en tren turístico o tomando algún remonte. A la mayoría se llega caminando por sendas señalizadas mientras se atraviesan espectaculares paisajes. Bosques, prados y rocas envuelven sus láminas de agua como preciadas joyas. Las 10 propuestas para ibonear en Aragón: Estanés, Acherito, Anayet, Azules, Arrieles, Bernatuara, Marboré, Plan, Escarpinosa y Batisielles.
En Aragón se pueden visitar pueblos encantadores de día y descansar al fresco por la noche en su red de establecimientos de turismo rural o en su Red de Hospederías, situadas en edificios históricos de gran belleza. La comunidad está salpicada de cientos de pequeños pueblos pintorescos llenos de historia y elementos sorprendentes. Ansó y sus chimeneas troncocónicas cubiertas con piedras para que no entren las brujas. Daroca y sus monumentales puertas de entrada a la ciudad con la muralla más extensa de Aragón. La Fresneda y sus cárceles destinadas a distintos estratos sociales. Cada zona tiene su encanto y sus peculiaridades que las convierten en únicas.
Cuando uno visita este destino, debe levantar la mirada, porque al caer la noche esta tierra se ilumina por la luz del universo, y a través de actividades de turismo astronómico, es posible disfrutar a simple vista de un tesoro natural como la vía láctea y viajar por el espacio. Gracias al vasto territorio y a las características de los núcleos de población aragoneses, la mayoría de pequeño tamaño y poco habitados, sus cielos están libres de contaminación lumínica.
En Huesca, Zaragoza y Teruel hay propuestas de turismo experiencial que ofrecen cenas bajo las estrellas, observaciones en pleno viñedo, cursos de fotografía nocturna, fabricación de telescopios, paseos a caballo con luna llena. Aragón cuenta además con Galáctica, Centro de Difusión y Práctica de la Astronomía en Arcos de la Salina, Teruel. Inaugurado en el año 2023 es el primer parque de Europa que combina divulgación sobre Astronomía y observación del cielo nocturno para todos los públicos.
Una experiencia muy especial que se llama FIAT LUX. Se trata de dos rutas nocturnas exclusivas por las iglesias más emblemáticas del centro histórico de Zaragoza. El programa de visitas guiadas llena de luz la oscuridad y el silencio de los templos y acerca a los turistas a un universo de dimensiones únicas. Allí se puede elegir entre visitar las dos catedrales de Zaragoza evitando las aglomeraciones de feligreses y visitantes que hay durante el día o visitar las tres iglesias con más devoción de la ciudad.